Colinas verdes y caminos que conducen a villas y parajes donde nace el vino y el aceite de oliva. Un puñado de antiguos pueblos medievales que invitan a viajar en el tiempo, con ciudades amuralladas llenas de torres, arte y tradición. Florencia, Siena, Pisa, San Gimignano, Lucca y también Carrara, la cuna del mármol que cobra vida en manos de los más grandes artistas. Italia en estado puro.